El envío de correos electrónicos en frío es una curva de aprendizaje constante. Las tácticas que funcionan ahora quedarán desfasadas muy pronto. Así que debes estar siempre alerta para que tu contacto sea eficaz.
Y puedes conseguirlo adoptando un enfoque ajustado para el envío de correos electrónicos en frío.
El razonamiento es sencillo. En lugar de crear la mayor lista de contactos que puedas, intenta reducir las cosas. Y en lugar de escribir una larga secuencia de mensajes, intenta enviar sólo 2-3 seguimientos de tu correo electrónico inicial.
En otras palabras, reduce las cosas.
Reúne decenas de clientes potenciales, divídelos en grupos pequeños y muy definidos y prepara mini campañas dirigidas a un solo grupo cada vez.
Intenta poner a prueba diferentes elementos de tu campaña. Por ejemplo, realiza una prueba de división para comprobar qué línea de asunto tiene las tasas de apertura más altas, si es una versión A o B. Esto te ayudará a aprender qué funciona y qué no en un grupo de clientes potenciales concreto. Experimenta un poco más con grupos pequeños antes de ampliar tu alcance por correo electrónico.
Un enfoque ajustado requiere mucho menos tiempo que la popular estrategia de «ir a lo grande». Puedes dedicar 1 ó 2 horas diarias a la difusión y dedicar el resto del día a tu lista de tareas. No está mal.
Este enfoque también tiene otras ventajas. Como te pones en contacto con menos personas, puedes concentrarte en una prospección de alta calidad. Además, estás más motivado para conocer a todas las personas de tu lista de contactos y, por eso, no tienes problemas para decidir qué poner en un fragmento para personalizar.