Gracias a la información que has obtenido durante la investigación de los prospectos, ahora puedes preparar un mensaje de correo electrónico adaptado a tu grupo objetivo. También has recopilado información que puedes utilizar como fragmentos para que los correos electrónicos sean más personales y rompan el hielo.
El punto central de tu correo electrónico debe ser el cliente potencial y su empresa. No hables de ti mismo. Sé empático. Y no intentes vender de inmediato. Demuestra a los clientes potenciales que entiendes su nicho de negocio y los retos a los que se enfrentan en su trabajo diario.
A continuación, explica cómo tu producto o servicio puede hacer que su trabajo sea más eficaz y fácil. Asegúrate de indicar claramente la CTA y el prospecto sabrá lo que quieres de él, ya sea programar una llamada, registrarse para una demostración o entrar a una página específica.
No te olvides de programar 2 o 3 seguimientos. Utilízalos para añadir valor adicional y aumentar el interés de tu prospecto. Evita los correos electrónicos de seguimiento de tipo recordatorio. A nadie le gusta que le den un empujón o le metan prisa para que haga algo, especialmente por un extraño.
Para asegurarse de que el texto de su correo electrónico está libre de palabras de spam, pruébelo con mail-tester. La herramienta analizará tu mensaje y comprobará la configuración de tu servidor de correo, para que veas si el mensaje requiere alguna edición o si has configurado correctamente los ajustes técnicos. Merece la pena hacerlo antes de lanzar una campaña de correo electrónico en frío.
Además, elabora un asunto atractivo para captar la atención de tu prospecto mientras navega por su bandeja de entrada. Aunque no hay que juzgar a un libro por su portada, los clientes potenciales ocupados suelen ignorar los correos electrónicos de desconocidos sin ni siquiera abrirlos. Una forma de despertar su curiosidad es hacer que el asunto se refiera a sus necesidades comerciales.